Las furgonetas de segunda mano cuentan con una gran aceptación en el mercado. Sobre todo por el buen rendimiento que se le puede sacar al vehículo en cuestión, pese a tener ya unos cuantos kilómetros y el precio más competitivo que presentan. Antes de decantarse por una opción concreta conviene analizar en profundidad el modelo que mejor encaje con nuestras necesidades.
Algunas personas, por cuestiones de trabajo, requieren furgonetas de transporte para el día a día. Les puede servir tanto para llevar ocupantes como materiales o paquetes. Otros requieren este tipo de vehículos para viajar. Por eso no resulta nada extraño que cada vez más compradores se decantan por la opción de camperizar furgoneta para que sus desplazamientos y escapadas resulten lo más cómodas posible.
En función del tamaño, capacidad de almacenaje, peso máximo permitido y de otros factores, habrá que decidirse por un tipo de furgoneta concreta. En este sentido, conviene estudiar al detalle el mercado, sobre todo para no conformarnos con la primera propuesta que encontremos. De entre todas las posibilidades que haya es preciso valorar cada una de ellas según su estado, kilometraje o antigüedad, para finalmente acabar decantándose por aquella que nos facilite una mejor relación calidad-precio.
Reparar en la antigüedad y la ITV
Muchas de las furgonetas a la venta han sido sometidas a grandes esfuerzos, sobre todo si se dedicaron a ciertos trabajos. Por eso es preciso tomarse las cosas con calma y valorar con detenimiento cualquier mínimo detalle para descartar posibles sorpresas más adelante. En un primer momento, se concentra casi toda la atención en la parte exterior, en el estado de la carrocería. Cualquier golpe o marca de óxido puede echarnos para atrás. Pero no hay que olvidarse del estado del motor y del mantenimiento del vehículo.
Si ha pasado todas las revisiones con éxito y en los periodos estipulados, esto será una demostración de que le han dado una buena vida a la furgoneta, y posiblemente vaya a darle menos problemas al futuro comprador. Es importante, además, solicitar un informe a Tráfico para comprobar que no tenga cargas y se pueda efectuar la transferencia sin incidencias.
Al comprar furgoneta de segunda mano te interesará saber que este tipo de vehículos cuentan con la condición de industriales. A simple vista, esto afectará sobre todo a los periodos para pasar la ITV, ya que serán frecuencias distintas a las de un turismo. A partir del segundo año son anuales y cuando cumplen los 10 años la revisión se hará cada seis meses.
Conocer el uso que se le ha dado a la furgoneta
Resulta especialmente importante conocer tanto el uso que se le ha dado como quién ha sido su propietario. En este sentido hay que diferenciar entre tres casos distintos.
- Autónomo o particular: al hacerse con un vehículo de un profesional autónomo o de un particular es conveniente reclamarles el histórico de mantenimiento y las facturas de reparaciones que se hayan efectuado. Los profesionales suelen guardar este tipo de recibos. Sin embargo, nos encontramos con dos tipos de propietarios. Por un lado, están los que utilizan la furgoneta y la exprimen al máximo para sacarle el mayor rendimiento, sin importarles golpes o revisiones; y los que la cuidan lo suficiente, conscientes de que la buena marcha de su negocio depende del adecuando funcionamiento de la misma y de su conservación.
- Empresas con un conductor fijo: cuando el vehículo de la empresa es conducido siempre por el mismo profesional, la tendencia es a mantener un cierto cuidado, ya que es su herramienta de trabajo y donde pasa muchas horas al día. Será mejor que haya un único conductor asignado que varios.
- Empresa con distintos conductores: cuando un vehículo, en este caso una furgoneta, cuenta con varios conductores que van rotando, lo habitual es que reciba un trato menos bueno.
Entre las furgonetas de ocasión te encontrarás vehículos de muchos tipos. Muchas de ellas acumularán unos cuantos kilómetros, pero más allá de esto, es importante reparar en el uso y la carga que han transportado. No es lo mismo que se haya utilizado para el reparto de paquetería ligera que para transportar herramientas y material de obra. En ambas opciones, la furgoneta acaba sufriendo, pero de manera distinta. Las que se dedicaron al reparto, por ejemplo, acaban teniendo más problemas en los embragues, frenos y sistemas de anticontaminación. Por su parte, las de ruta acusan más desgaste en transmisiones, inyectores y turbo.
Al igual que sucede con los automóviles, no solo hay que reparar en los kilómetros que tenga el vehículo. También conviene realizar una profunda revisión para analizar el trato que se le ha dado durante ese tiempo. Y en ello influye todo lo detallado anteriormente.
Las furgonetas de 7 plazas se encuentran muy cotizadas
Entre los particulares están teniendo mucho éxito las furgonetas de 7 plazas. Casi todos los fabricantes cuentan con algún modelo que sirve para satisfacer la demanda de sus clientes. Estos vehículos destacan, sobre todo, por su capacidad para transportar grandes grupos de personas.
Proporcionan un mayor espacio y comodidad respecto al automóvil convencional. Esta opción tiene mucha aceptación entre aquellos que buscan un vehículo familiar para acomodar a los niños, familiares o amigos. Además, disponer de una furgoneta de estas características no implica que se vaya a disparar el presupuesto, ya que tienen un precio bastante competitivo.
En este sentido, al tratarse de un vehículo para el transporte de personas, conviene prestar mucha más atención a todo lo que tiene que ver con la seguridad.
Antes de comprar, hay que ver y probar la furgoneta
En Internet encontrarás muchos puntos de venta de furgonetas, donde la mayoría de ellos suelen ser fiables. Sin embargo, lo adecuado sería comprobar en persona el estado de la misma. En ocasiones, las fotos pueden ser muy buenas, pero no siempre se acaban ajustando a la realidad.
Al hacer una revisión in situ podrás reparar en distintos detalles, como el sonido del motor al arrancar, posibles golpes en el exterior o el olor a aceite o gasolina en caso de pérdida. Si no tienes muchos conocimientos en el ámbito automovilístico, lo conveniente es que acudas acompañado por un mecánico para que se ocupe él de verificar su verdadero estado.
Sería estupendo, además, si te permitieran subirte en la furgoneta y rodar unos cuantos kilómetros. Eso ayudará a comprobar el funcionamiento del embrague, la amortiguación, el sistema de frenos, el estado de los neumáticos o cualquier otra posible incidencia que pueda darse. Hay ciertos fallos que únicamente son detectables cuando nos ponemos al volante. Por eso, en el caso de que el propietario se niegue a concederte esta petición, lo más probable es que tenga algo que ocultarte.
Por último, en este proceso de compra de furgonetas de segunda mano, también conviene pedir un informe a la DGT para saber el verdadero estado del vehículo. Este documento puede facilitar información de gran relevancia sobre el número de titulares que tuvo, la fecha de caducidad de la ITV, su situación administrativa o posibles cargas que arrastre y que impidan la transmisión.
Son muchos los factores que entran en juego al hacerse con furgonetas de ocasión. Es preciso fijarse lo mejor posible en todo esto para no llevarse desagradables sorpresas más adelante.