Las ciudades y la industria automovilística llevan inmersas desde hace unos cuantos años en una transición hacia una movilidad más sostenible. No solo han ido cambiando el mercado de vehículos con la aparición de coches eléctricos y nuevas formas de desplazamiento, ya que también se aprecia como esa transformación afecta, además, al tejido urbano de las urbes.
En todo este camino, que va acortándose como el paso del tiempo, el vehículo eléctrico desempeña un papel fundamental. El cambio que nos espera por delante va más allá de la simple incorporación de nuevas tecnologías en el transporte, ya que además implica una reconfiguración del diseño de las ciudades, con más espacio para este tipo de vehículos más eficientes y sostenibles.
La mayor parte de ayuntamientos ya han empezado a adaptarse a esta nueva realidad, con la instalación de puntos de recarga en lugares estratégicos de los municipios, o las restricciones que se imponen a los coches más contaminantes. El objetivo que se busca con todo esto es concederle un mayor protagonismo al vehículo eléctrico, tratando de inculcar un cambio en la mentalidad de la población para que adopten medidas más cuidadosas con el medio ambiente.
Esta clase de automóviles, no solo contribuyen a rebajar la contaminación ambiental y acústica. También se ponen a disposición de los propietarios de estos coches de una serie de incentivos económicos, como ayudas y subvenciones para la compra, para la instalación de estaciones de recarga, reducciones en el impuesto de circulación y exenciones en las tarifas de estacionamiento en puntos regulados. A ello se le une también la decisión de algunas ciudades de contar con carriles preferentes para coches eléctricos, que permite que su circulación resulte mucho más fluida.
Todo ello va a cambiar por completo la manera de movernos, al tiempo que las calles de las principales urbes están prácticamente obligadas a sufrir importantes modificaciones para adaptarse a esas nuevas necesidades.
El coche eléctrico ha ido experimentando una constante evolución durante los últimos tiempos. Si tienes dudas sobre la conveniencia de hacerte con un vehículo de estas características, nosotros te ofrecemos una serie de ventajas que debes tener muy en cuenta.
Es de sobra conocido por todos que es lo más beneficioso para el medio ambiente. Son coches que emiten cero emisiones y que permitirán que disfrutes del distintivo de la DGT que te permitirá circular por las ciudades sin ningún tipo de restricción. Esto dará lugar también a exención en el impuesto de circulación y a bonificaciones en cuanto a las tarifas de aparcamiento.
El vehículo de motor eléctrico conseguirá que no tengas que repostar nunca más en gasolineras. Algo que agradecerás si se tiene en cuenta el precio que presenta el combustible y las continuas oscilaciones que sufre. En cuanto al mantenimiento, no te exigirá tanto esfuerzo económico, ya que dispone de menos piezas de desgaste y las probabilidades de avería se reducen de forma considerable.
También es posible beneficiarse de ayudas por parte de las administraciones, tanto por la compra del automóvil como de la instalación de los puntos de recarga, sin olvidarse de los beneficios fiscales que dependen de las comunidades. Algo que echaba para atrás a los conductores en cuanto al coche eléctrico era la poca autonomía que tenía este tipo de vehículos. Sin embargo, con el tiempo la han ido incrementando, consiguiendo que puedan cubrir recorridos más largos sin preocuparse por las recargas.
Siempre ha existido la creencia de que el vehículo eléctrico resultaba perfecto para los desplazamientos más cortos. En realidad es algo que se ajusta a la realidad, ya que se consume menos y la autonomía del coche no se resiente tanto. Además, al movernos por la ciudad existen una serie de ventajas que no tienen el resto de automovilistas, como puede ser la total libertad para conducir por zonas de bajas emisiones o incluso la posibilidad de circular por carriles especiales o descuentos en los aparcamientos.
Sin embargo, desde hace tiempo, los fabricantes llevan trabajando en aumentar la autonomía de estos automóviles, y lo han conseguido, hasta el punto de que ya es posible circular hasta 500 kilómetros sin necesidad de recargar la batería.
Resulta complicado conocer cuándo un coche puede salir rentable. Sin embargo, distintos fabricantes señalan que si un coche eléctrico circula 15.000 kilómetros de media al año, que es lo que suele hacer un vehículo de combustión, se podría amortizar en un plazo de unos 8 años.
En cualquier caso, es importante reparar en una serie de factores que no puedan pasar desapercibidos. Entre ellos el precio. Es cierto que todavía cuestan más que los de motor a combustión, aunque resulta posible hallar modelos más asequibles. Hay que tener en cuenta si la compra del coche eléctrico nos implicará también la instalación de un punto de recarga en el domicilio u optamos por hacer la recarga en una estación pública. En este sentido, las distintas administraciones cuentan con ayudas y subvenciones para que la inversión resulte menos gravosa para nuestro bolsillo.
Los gobiernos y la industria apuestan de manera decidida por esta clase de vehículos, sobre todo porque resultan menos contaminantes con el medio ambiente. Además de emitir cero gases contaminantes de efecto invernadero, también debe tenerse en cuenta que son muy silenciosos. Por lo tanto, también contribuyen a rebajar la contaminación acústica.
El precio de la recarga también queda condicionado a una serie de elementos. Resultarán más económicas las que se realicen en los puntos de recarga que puedas tener instalado en tu domicilio, que sí lo haces en una estación pública. También dependerá del horario en que se lleve a cabo dicha carga. En este sentido, conviene siempre hacerlo de noche, que es cuando cuesta menos la electricidad.
Según las estimaciones que efectúa Repsol, una recarga en el hogar para 40 kWh, a un precio de 0,37 euros el kWh, implicará un desembolso de 14,8 euros para conducir 270 kilómetros. Por su parte, si lo realizas en un punto público, el coste se elevaría hasta los 20 euros aproximadamente.
Los eléctricos se beneficiarán de la etiqueta 0 de la DGT. Esto permitirá que puedan circular por las zonas de bajas emisiones de las ciudades sin ninguna limitación, con total libertad. Además, estos coches tienen la posibilidad de ir por los carriles Bus-Vao, que están destinados a cierto tipo de vehículos.
A esto se le une que en algunas ciudades se puede aparcar en zonas azules sin restricciones o con tarifas reducidas.
El Gobierno y las comunidades autónomas conceden ayudas y subvenciones a través del Plan Moves. Además de para la compra de automóviles, también contribuyen para la instalación de puntos de recarga en los hogares. Además, es posible aprovecharse de deducciones del IRPF en la Renta y de una serie de ventajas fiscales.
Los vehículos eléctricos quedan exentos de abonar el impuesto de matriculación, y algunos ayuntamientos extienden esta medida al impuesto de circulación. Hay que destacar también los descuentos en zonas de estacionamiento regulado, como es la zona azul, o en los peajes, que llegan a alcanzar en algunos casos el 75%.
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