Si en vez de comprar un coche de Km 0 la compra es de un vehículo usado la situación implica una serie de riesgos. Para que la operación resulte lo más rentable posible hay que comprobar con anterioridad que el automóvil se encuentre en perfecto estado, que ha recibido el mantenimiento adecuado y que toda la documentación permanece en regla. Conviene revisar coche segunda mano en profundidad para acertar con nuestra elección y no llevarnos una sorpresa desagradable más adelante.
Hoy en día existe un gran interés por el vehículo de ocasión, que permite disfrutar de coches en buen estado sin necesidad de realizar los desembolsos que exige uno nuevo.
Todo lo que debes comprobar en un vehículo usado
Hay una serie de cosas a revisar al comprar un coche de segunda mano. Por lo general, en lo primero en lo que reparamos es en el aspecto exterior, que nos permitirá obtener una visión superficial de su condición estética y funcional, desvelando posibles daños o desgastes. El historial de mantenimiento es otro detalle en el que debe repararse, ya que nos dará información sobre su estado actual y si ha pasado todas las revisiones necesarias serán un claro indicativo de fiabilidad.
Exige que te faciliten la documentación legal del vehículo, en donde debe recogerse todo lo relacionado con la Inspección Técnica de Vehículos y el permiso de circulación, para confirmar que no cuenta con ningún tipo de carga o embargo que impida efectuar la transferencia. Por último, el siguiente detalle será la revisión mecánica y del motor, que es posiblemente la más importante.
Conviene siempre decantarse por coches segunda mano revisados, que hayan pasado el control de un profesional o de un taller y que garanticen que todo se encuentra en perfecto estado para salir a la carretera.
Revisión mecánica
La revisión mecánica de un coche segunda mano resulta imprescindible antes de formalizar la compra. Conviene realizar una inspección en profundidad del motor, que es probablemente la pieza más esencial y la que supone un mayor coste en caso de avería. También será necesario comprobar el estado de la correa de distribución y si ha sido cambiada en los periodos fijados por el fabricante. Debe cambiarse en torno a los 100.000 kilómetros.
Hay otros elementos a examinar en esta inspección mecánica, como el estado de la caja de cambios, donde deben comprobarse posibles ruidos o irregularidades. En cuanto a la dirección y suspensión, es preciso que muestren una conducta firme y precisa, sin ruidos anómalos. Por su parte, los frenos deben aportar una respuesta eficaz durante el proceso de conducción, sin vibraciones y ruidos.
No estaría de más que arrancaras el motor durante esta prueba y comprobaras que el sonido es el adecuado. En el cuadro de instrumentos no debe aparecer ningún testigo encendido, mientras que en el tubo de escape la presencia de humo negro, blanco o gris azulado puede ser un indicio de que el motor sufre algún tipo de anomalía.
Si no tienes muchos conocimientos en mecánica, lo aconsejable sería acudir a un taller para revisar un coche de segunda mano.
Inspeccionar la carrocería y el exterior
La carrocería, la parte externa del vehículo, es posiblemente lo primero en lo que reparemos. Pero más allá de la estética, el estado que presente la chapa puede servir de gran ayuda para conocer el estado general del automóvil. Al revisar coche segunda mano es importante comprobar que el tono de la pintura sea homogéneo e igual en todo el vehículo. De ser así, nos indicará que no ha sufrido ningún tipo de accidente ni se ha sustituido ninguna parte de la carrocería. Otros detalles a inspeccionar son los posibles bollos, los ‘chinazos’ o los ajustes de las distintas partes, como pueden ser las puertas o capós.
También conviene echar un ojo a la chapa en busca de signos de óxido, además de las llantas, escape o parte inferior del coche; sin olvidarse, además del estado de las ventanillas y lunas.
Una carrocería con síntomas de deterioro puede jugar a favor del comprador, ya que puede reclamar un descenso del precio al alegar la necesidad de hacer reparaciones. Por lo tanto, merece la pena que se compruebe todo al detalle para así no pagar de más.
También será necesario revisar el estado de los neumáticos, para que no presenten desgaste; y las llantas, en donde deben descartarse posibles malformaciones o roturas que provoquen vibraciones en la dirección, un deterioro uniforme de las ruedas.
Los detalles a comprobar en el interior
El aspecto interior del coche también puede revelar mucha información sobre el uso que se le ha dado. Tanto el kilometraje como el desgaste del volante nos darán detalles muy fiables sobre el historial del mismo.
En el interior debes revisar posibles manchas en la tapicería, desgaste general de los componentes y el correcto funcionamiento de todo, tanto de los cinturones de seguridad, el equipo de audio, los testigos del cuadro de instrumentos, las luces interiores o el aire acondicionado.
En ocasiones, también cometemos el error de concederle demasiada trascendencia a los kilómetros del automóvil. Sin embargo, un vehículo con varios años y poco rodaje tampoco implica que haya tenido una vida adecuada. De ocurrir esto, por ejemplo, será un síntoma de que se ha movido mucho por ciudad y en recorridos cortos, con muchos giros y constantes cambios de marcha, por lo que la mecánica se podrá ver más resentida. Por eso es recomendable hacer una exhaustiva revisión mecánica coche segunda mano.
La documentación que debes exigir
Existen dos tipos de documentación que tendrá que reclamar el posible comprador. Por un lado, se encuentra el libro de mantenimiento, en donde aparecen las revisiones mecánicas, las reparaciones sufridas y la lectura del kilometraje en cada una de estas inspecciones. También habrá que solicitar un informe de tráfico a la DGT para confirmar los datos del titular, los del vehículo, además de verificar que tenga la ITV pasada, que cuente con seguro y carezca de cargas.
Esencial que se pueda probar el coche
Los expertos recomiendan que antes de comprar un vehículo de segunda mano se pruebe y se conduzca, tratando de circular con él por distintas vías para comprobar cómo reacciona. Esto hará que se pueda disponer de una visión mucho más completa de su estado y de algunas partes, como es el caso de los frenos.
No te olvides de revisar el funcionamiento de la suspensión, comprobando si mantiene la estabilidad en las curvas o si rebota mucho; o del embrague, verificando que todas las marchas entren con suavidad. En lo que se refiere a la dirección, es preciso que con el volante totalmente centrado el vehículo no se vaya a los lados. De ocurrir esto, lo más probable es que haya una mala alineación de los neumáticos.
El conductor interesado en hacerse con el automóvil no solo debe preocuparse de revisar coche segunda mano. También debe valorar el coste que implicará el mantenimiento y los posibles desembolsos que le tocará realizar en función del número de kilómetros o de años que tenga el coche. Hay algunas marcas que supondrán un mayor gasto debido al mayor precio de los recambios y la especialización que exige su reparación. Esto es algo más frecuente sobre todo en los automóviles de alta gama.