Una de las marcas más reconocidas del mercado automovilístico es Audi, que acumula más de un siglo de vida. La firma alemana siempre se ha caracterizado por la fabricación de vehículos con un diseño discreto y con un especial cuidado en la ejecución de los interiores.
Como es lógico, desde que surgiera Audi en 1899 ha ido evolucionando de manera constante, adaptándose a las exigencias de un consumidor cada vez más exigente. A continuación te detallamos una lista con los mejores Audi de siempre, los que han conseguido marcar una época y que todavía permanecen muy frescos en nuestra memoria.
Audi Sport quattro
El Audi Sport quattro fue uno de los modelos que más ayudó a potenciar la marca en la década de los 80. Se trataba de una evolución del Audi quattro que habían sacado al mercado cuatro años antes, destacando por ser el primero en incorporar la conocida tracción quattro. Precisamente la denominación quattro se acabaría convirtiendo en uno de los valores más identificativos de la compañía.
El Audi quattro revolucionó en su día las competiciones de rallyes, provocando que el resto de marcas añadieran un sistema de tracción integral. Los aficionados a este disciplina aún se acordarán del Audi Sport quattro S1, que era una versión mejorada con 306 CV.
Audi 100 2.5 TDI
Otro vehículo que consiguió hacer historia durante la amplia trayectoria de la marca fue el Audi 100 2.5 TDI. Fue el primer coche en incorporar un motor, cuyo apellido acabaría siendo el emblema de la firma durante décadas. Fue pionero al montar un motor TDI, con turbo, inyección directa y gestión electrónica, que contribuyeron a darle un mejor resultado al diésel.
Se presentaba con 120 CV de potencia y era capaz de llegar a los 200 km/h, con un consumo muy bajo de apenas 5,7 litros. Esto contribuyó a potenciar la popularidad de los motores diésel durante unos cuantos años, ya que permitían garantizar unas adecuadas prestaciones al tiempo que tenían unos consumos reducidos.
Audi A8
El Audi A8 destacaba sobre todo por su amplitud. Era un coche bastante grande, quizás poco útil para desenvolverse con él por las calles de la ciudad. Se presentó en 1993 en el Salón de Frankfurt causando sensación. Su carrocería está compuesta íntegramente por aluminio, con una gama de motores muy solvente.
No tardaría mucho tiempo en ganarse la admiración del público. Su diseño y la potencia le convirtieron en una de las opciones más atractivas de la marca en aquella época. Solo tres años después se dio a conocer la versión S, que se encontraba equipada con un bloque V8 de 340 CV, que en 1999 aumentaría hasta los 360.
Audi RS2
El Audi RS2 Avant fue desarrollado por Porsche, adquiriendo la condición de coche familiar, sin perder tampoco el carácter deportivo que ha caracterizado a la compañía germana. Sirvió de referencia para otros modelos que irían saliendo al mercado, como el RS4 Avant y el RS6 Avant.
Este coche contaba con elementos que procedían de Porsche, como los intermitentes, retrovisores, llantas o los paragolpes. Pero también le incluirían una serie de mejoras en la electrónica, la bomba de gasolina, el escape y el turbo. Todo ello conseguiría crear un coche con un motor de 315 CV.
Por lo tanto, nos encontrábamos con un vehículo familiar por fuera y deportivo por dentro. Sus características hicieron que marcara un antes y un después en la historia de Audi.
Audi TT
A mediados de los años 90 la apuesta de la marca alemana resultó un tanto arriesgada. Habituados a trabajar sobre diseños bastante discretos, deciden romper con su pasado y fabricar el Audi TT. Sorprenden a los aficionados al motor con un prototipo de cupé, con formas más redondeadas y curvas, y unas dimensiones más compactas que se salía de lo habitual para la firma.
En un primer momento, las mecánicas no eran especialmente potentes, con 180 y 225 CV, pero luego surgiría un VR6 3.2 de 250 CV. Este modelo no pasó desapercibido para los apasionados de los deportivos compactos.
Audi RS4 B5
Se trata del primer Audi RS4 de la historia. Si por algo destacaba este modelo era por su estética tan sencilla y elegante, pero eso no impedía que bajo el capó escondiera una auténtica arma que le convertiría en todo un lujo para los conductores. En él había un motor V6 biturbo de 380 CV.
El origen de este coche se remonta a finales de los 90. En aquella época, la casa alemana se decantó por un turismo seguro y rápido, que además era capaz de proporcionar un gran rendimiento.
Audi RS4 B7 Sedan
Aunque no resultaba muy frecuente, la firma de los cuatro aros consiguió revolucionar el mercado con el Audi RS4 B7 Sedan, que era un vehículo de lo más familiar. Eso sí, en ningún instante renunciaba a uno de los valores de la firma, como era la velocidad.
Este coche se presenta como una berlina, adquiriendo muchos rasgos del A4. Cuenta con todo lo necesario para disfrutar al máximo de las curvas y de las superficies más complicadas. Como no podía ser menos, el motor no iba a defraudar, de ahí que fuera equipado con un V8 de 4,2 litros y 420 CV. Pero sin lugar a dudas, lo más atractivo para el consumidor era su precio, que no resultaba tan excesivo como pudiera parecer por las prestaciones que ofrecía.
Audi RS6
La firma alemana ha conseguido evolucionar con los tiempos, teniendo en todo momento capacidad para satisfacer las demandas de su público. En 2002 deciden sacar al mercado el Audi RS6, un vehículo capaz que combinaba lo familiar con lo deportivo.
En él encontramos un motor V8 biturbo de 4,2 litros, lo que le permite alcanzar los 450 CV de potencia. Toda una maravilla para los amantes de la velocidad. Reúne la sencillez y la seguridad de un coche familiar con las prestaciones de un vehículo de alta gama. De hecho, para cualquier apasionado del motor resultará muy complicado resistirse a él.
Ya acumula más de dos décadas, lo que le ha permitido ganarse a pulso el título de mejor coche familiar.
Audi R8
Después del gran éxito cosechado por el TT, Audi se atrevería más adelante con el R8, que sería su primer gran deportivo. Aunque no fuera tan llamativo como el anterior modelo en cuanto a diseño, también consiguió mucha aceptación.
Se propusieron fabricar un deportivo más versátil, capaz de utilizarse en el día a día y que fuera cómodo para los viajes. Lo presentaron en 2006 y el primer R8 montaba un bloque V8 FSI con 420 CV, con un cambio manual de seis velocidades o automático R-Tronic. La segunda generación fue añadiendo prestaciones hasta el punto de convertirse en un deportivo de nivel, capaz de hacerle sombra al resto de vehículos de este segmento.
La firma de los cuatro aros siempre ha tenido una gran consideración por parte del público. Fiabilidad, estilo, diseño y potencia le han convertido en una de las mejores marcas del panorama automovilístico. Los vehículos que te acabamos de presentar son algunos de los que forman parte de la historia más reciente de Audi, pero posiblemente haya alguno más que merezca formar parte de esta lista. ¿Se te ocurre algún modelo más?
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